El presidente estadounidense, Joe Biden, ha declarado cinco días de luto nacional tras el tiroteo ocurrido en un centro comercial de Allen, en el estado de Texas, el sábado pasado.
En el tiroteo murieron ocho personas, incluyendo al atacante, y siete más resultaron heridas. Biden ordenó que la bandera de los Estados Unidos ondeara a media asta en la Casa Blanca y en todos los edificios y terrenos públicos, así como en los puestos militares, estaciones navales, embajadas y otras instalaciones oficiales en el extranjero, hasta la puesta del sol del 11 de mayo.
La motivaciones del atacante aún se desconocen. Las fuerzas del orden están trabajando en estrecha colaboración para investigar el ataque, y Biden ha ordenado a las agencias federales que brinden todo el apoyo necesario.
Se sabe que el atacante llevaba «equipo táctico» y estaba armado con un rifle de asalto estilo AR-15, una de las armas más populares en Estados Unidos y que ha sido utilizada en numerosos incidentes violentos en los últimos años.
Biden ha recordado que Estados Unidos ya ha sufrido alrededor de 200 tiroteos masivos este año, y más de 14,000 estadounidenses han perdido la vida debido a la violencia armada, según estimaciones creíbles.
El presidente ha pedido al Congreso que actúe para frenar la «epidemia» de las armas, pidiendo la prohibición de las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad, las verificaciones de antecedentes universales, el almacenamiento seguro de armas y el fin de la inmunidad de los fabricantes de armas.
Biden ha enfatizado la necesidad de más acción y más rapidez para salvar vidas, y ha instado a los miembros republicanos del Congreso a tomar medidas más fuertes contra la violencia armada. Estados Unidos ha sufrido al menos 199 tiroteos masivos en lo que va de año, según la organización Gun Violence Archive.