JT conversó con Cristiana Díaz López, Doctora en Química, profesora titular, y profesora de la asignatura Química Ambiental, de la Facultad de Química de la Universidad de La Habana, sobre la explosión y el incendio de grandes magnitudes en dos tanques de combustible en la zona industrial de Matanzas, y algunos consejos/medidas para la población ante las consecuencias ambientales y de salud que podría traer el siniestro.
Ellos son:
Permanecer lejos del área del incendio.
Proteger las vías respiratorias. Usar nasobuco es muy importante.
«El petróleo es una mezcla de hidrocarburos de diferentes composición. Cuando se quema produce diferentes gases y partículas de carbón no combustionado completamente (es lo que da la apariencia de humo negro) y ese material particulado puede estar acidificado por la adsorción en su superficie de vapor de agua y gases ácidos como el dióxido de azufre o los óxidos de nitrógeno, con acción irritante para las vías respiratorias. Las partículas más pequeñas pueden resultar mucho más peligrosas que el conocido hollín, porque entran en las vías respiratorias y pueden llegar no solo a los bronquios sino a los pulmones. El viento puede trasladar a grandes distancias del punto donde se produce la emisión esos vapores y partículas, en dependencia de las corrientes y velocidad del aire, sobre todo las más pequeñas, las mayores se depositan antes por gravedad». *El contenido de los dos tanques en el momento de la explosión eran crudo nacional mejorado (tanque #52, a mitad de su capacidad de llenado) y fiul (tanque #51, en su capacidad llena), información ofrecida por Unión-Cupet.
No exponerse al humo. Si la nube de humo pasa por encima de su casa, es necesario permanezca con las puertas y las ventanas cerradas hasta que pase, para preveer inhalar grandes cantidades. Una vez el grueso de esa nube de humo haya pasado, proceda a abrir ventanas y puertas para que circule el aire. Fuente: Juventud técnica